“Mal trato comercial” al proveedor 6. “La ley del silencio”
«Y de repente, se hizo el silencio, silencio atronador por parte de tu cliente, de manera unilateral, ¿vamos bien?…»
Llega el momento cuando el cliente ya tiene toda la información necesaria para poder presentar a quien proceda el proyecto que se ha diseñado. Entonces el cliente dice aquello de: “ahora lo vamos a valorar y con lo que sea ya te diremos algo” y de repente, “la ley del silencio”. Pasan días (normal), semanas, normal también porque es sabido que el cliente estará recabando otras opciones para poder comparar. Y sigue y sigue el silencio.
Entonces el proveedor aplica la prudencia porque cree que el cliente está analizando y comparado y se tranquiliza pensando que su «número» está también en ese «bombo».
Lógicamente el cliente tiene todo el derecho a comprar ese proyecto, o no.
Pero sigue el silencio tremendo; ni un correo, ni una llamada. Pero semanas atrás fue un no parar del cliente pidiendo datos, información, precios, ajustes, videoconferencias, incluso programación o implementación… y de repente… nada, “la ley del silencio” impuesto por el cliente.
Este es otro ejemplo de “mal trato comercial” que sería conveniente replantearse. ¿Qué está produciendo esto en los proveedores?, ¿cómo vive esta situación el proveedor?, ¿importa?; hablando de reputación corporativa, ¿dónde está la imagen que se está dando a los proveedores?
Otra pregunta final para reflexionar sería: ¿qué pasaría si los proveedores tuviesen su agenda a tope, o montones de pedidos para servir?… para darle un par de vueltas.
Buenas prácticas de “atención al proveedor”:
Cuando estés en la posición de “cliente” y quieras cuidar de tus proveedores (activos o futuribles), mantén un mínimo de comunicación bidireccional con él, responde a sus llamadas y contesta a sus correos. Déjale bien claro cuáles son tus tiempos y deja abierto un mínimo flujo de comunicación.
Muestra respeto a tus proveedores.